Hugo Blanco Manzo fue un compositor venezolano que revolucionó la música latinoamericana con su arpa viajera, entre fines de los años 50 y principios de los 60 y tuvo un homónimo, no tan manso, Hugo Blanco Galdós, quien se alzó en armas en plena dictadura de Pérez Godoy, en la hacienda Santa Rosa, en el valle de La Convención, en el Cusco, en Chaupimayo, donde asesinaron a tres policías.
En abril de 1957 se celebró en Lima el primer congreso del Partido Obrero Revolucionario (POR) en el que se institucionalizó la primera sección peruana del trotskismo ortodoxo, que dio pie a un evento internacional con delegados de Chile y Argentina. Allí Blanco habló de las migraciones y culpó al latifundismo de todos los desequilibrios en la distribución de la riqueza, “la leche es para los curas y los policías”.
Comenzaron a llegar al Perú personajes como Daniel Arturo “Che” Pereyra, López, Silveiro, el español Martorell Soto, el paraguayo Julio Montenegro, Adlai Stevenson, Carlos Howes y gente de diversas nacionalidades que pasaron por Cuba. Entre los universitarios peruanos Tamayo, Fonken y Terzi. “Lenin dijo después del triunfo que, si no viene la revolución alemana en nuestra ayuda estaremos perdidos. La revolución socialista es internacional o no es socialista”.
El 15 de diciembre de 1961 al mediodía asaltaron oficinas del Banco Popular en el centro de Lima, se llevaron 105 mil soles, huyeron en varios vehículos que cambiaron hasta en tres oportunidades antes de llegar a Lurín y con una suma similar traída por los camaradas argentinos, dieron los primeros pasos de su “revolución”.
El segundo asalto ocurrió en Miraflores y esa vez se llevaron cerca de 3 millones. A los pocos días cayeron algunos estudiantes de la UNI reconocidos cuando escapaban con el botín, otros cuando llegaban al Cusco. No era un robo, decían, era una expropiación.
En mayo del 62 un grupo de escolares se reveló en Jauja, liberan a un instigador de invasiones violentas, se apoderan de las armas del penal y asaltan otro banco de donde roban más de 100 mil soles, con la idea también de organizar una guerrilla, pero igualmente fueron capturados.
Hugo Blanco encabezó escaramuzas en La Convención, que ocasionaron la muerte de no menos cuatro policías. La represión militar terminó con la captura de numerosos dirigentes de izquierda y la persecución en Puerto Maldonado de una avanzada encabezada por el poeta Javier Heraud, muerto en el río al que tanto escribió.
Blanco fue capturado en Cusco y condenado a muerte primero, después a 25 años de prisión y finalmente amnistiado por Juan Velasco y suelto en plaza hasta el día de hoy. El juicio se celebró en Tacna y lejos de sentar un escarmiento, sirvió para demostrar que matar policías, después de todo, no es tan grave. En el juicio a Blanco la justicia peruana comenzó a perder la puntería. Años después fue elegido senador y surgieron otros grupos armados y mejor organizados para intentar lo mismo, la dictadura comunista.