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sábado, noviembre 23, 2024

TRAICIONAN A BELAUNDE

Para el senderismo los años 1970 a 1977 corresponden al periodo de reconstitución del partido; 1977 a 1980 el traslado de cuadros al campo en la clandestinidad; y a partir de 1980 al inicio de la lucha armada”.

Fue el grave error cometido por el gobierno socialista de Velasco Alvarado, de eliminar la gratuidad de la enseñanza, al imponer un cupo de 100 soles a los padres de los alumnos con cursos desaprobados, lo que generó protestas, reprimidas con una masacre en Ayacucho y dio pie a la consolidación del grupo subversivo que siempre estuvo en los planes del profesor Abimael Guzmán Reynoso.

Guzmán y Sendero Luminoso se han expresado siempre de muy mala manera respecto al gobierno del arquitecto Fernando Belaunde: » el actual gobierno apunta a evolucionar más la subyugante estructura semifeudal. El actual gobierno cuya cabeza principal y primer responsable es Belaunde se afana presuroso y servil como ninguno a desarrollar más el capitalismo burocrático en el país, (capitalismo de gran capital monopolista, enfeudado a los terratenientes y sometido al imperialismo)»

Mientras Sendero ha pasado años insultando al presidente Belaunde y a sus colaboradores, el arquitecto persistía en sostener una política económica que aliente la inversión de capitales, tanto nacionales como foráneos, con una orientación provechosa para la colectividad y dentro del concepto primordial de la justicia social, orientar la política tributaria hacia la atracción de capitales de inversión que estimulen el desarrollo industrial es parte del ideario y de su pensamiento político, contrario a los postulaos del candidato de Perú Libre.

Pero los senderistas no se quedaron solo en el insulto, el 11 de julio de 1983 atacaron con ráfagas de metralla y explosivos el local principal del partido Acción Popular ubicado en el Paseo Colón, cuando se reunían 200 dirigentes , causaron la muerte de dos populistas  y dejaron heridos a otros 28.

El local de Acción Popular ya había sido objeto de ataques a pesar de ser una instalación frecuentada por civiles que de ningún modo podían ser considerados como blanco. El primero ocurrió al inicio del régimen del arquitecto Belaunde cuando una bomba molotov fue lanzada al segundo piso y provocó un amago de incendio, sin mayores consecuencias. En una segunda oportunidad, una carga explosiva estalló en el portón del local, situado a la izquierda de la puerta principal, originando un agujero en el piso y daños menores en la puerta del local. Los subversivos, para entonces, ya habían asesinado a 26 autoridades civiles, de las filas del partido de gobierno.

Esta vez los senderistas se habían propuesto un ataque indiscriminado contra el corazón de la militancia limeña del partido de gobierno. Manuel Juan Angulo Andía, alias “Javier”, uno de los ejecutores del ataque declaró –al momento de su detención por la policía- que la orden para ejecutar el ataque le fue impartida por la responsable del comité metropolitano, Laura Zambrano Padilla, alias “Meche” o “Ana”. Un destacamento especial elaboró el plan. La modalidad del atentado fue decidida por Segundo Alcibíades Chávez Díaz, alias “Pedro”, jefe de los destacamentos especiales, quien ordenó que el ataque fuera de “aniquilamiento”. Eligió esta modalidad porque así disminuirían los riesgos para los atacantes y tendría mayor repercusión pública. “Javier” transmitió la orden a los demás. Acordaron que no ingresarían al local sino que llevarían a cabo el “aniquilamiento” desde la puerta.

De acuerdo a la información recibida por la entonces Dirección Contra el Terrorismo (DIRCOTE), los subversivos llegaron al objetivo en el automóvil Toyota de placa BQ-7627, color blanco, conducido por Rav Karl Gustavo Casanova Rodríguez, alias “Avo”. Los policías afirmaron que en el cruce del Paseo Colón y la avenida Garcilaso de la Vega, a pocos metros de la entrada del local, se ubicaron Cesar Sáez Román, alias “Carlos”, y Alfredo Castillo Montañés, alias “Pablo”. El primero de ellos tenía una metralleta envuelta en un periódico, mientras que el segundo llevaba dos cargas de dinamita de 20 cartuchos cada una, dentro de una bolsa.

A las 19:28 horas, una primera carga de dinamita explotó en el primer piso del local, cerca de la puerta principal, matando instantáneamente a Mario Arauco Bastidas, secretario general de la base de Villa El Salvador. Testigo del hecho fue el entonces diputado Alfredo Ostos Hidalgo: Cuando llegué al local miré mi reloj pulsera: marcaba las 7.26 de la noche. En la puerta me encontré con Mario Arauco con quien me había comprometido a interceder por él en el Plenario. Le hice una seña para que me esperara. Vi a dos amigos más y me dirigía a ellos cuando sentí un golpe y caí de bruces. Pude ver un cuerpo como levantado en el aire, que caía poco después hacia atrás. Era Mario. Todo fue rápido. La gente comenzó a correr buscando refugio. Me levanté rápidamente y caminé hacia el fondo del local donde hay un quiosco, cuando escuché una explosión. La segunda explosión se produjo en el pasadizo central, donde está la oficina del comité departamental de Lima y una tercera, en la puerta de la sala “Ciro Alegría”, ubicada cerca de la enfermería. El mismo diputado, cuenta:  …me tiré boca abajo. Cuando levanté la vista vi caer una bomba sobre la enfermería que explota como si fuera un balde de agua, esparciendo esquirlas por todos lados… Cubriéndome el rostro he estado mirando en todo momento mi reloj. Por eso puedo decir que el ataque comenzó a las 7.28 y terminó segundos después de las 7.30… Por su parte Víctor Alegría, Secretario General del Comité Distrital de San Luis señaló a los periodistas que cubrieron el hecho: “A uno de ellos lo vi arrojar el cartucho de dinamita que explosionó en el pasadizo central, hiriendo a la señora Contreras, quien es de mi base”.

Luego del estallido de los tres explosivos, “Pablo” y “Carlos”, que estaban ubicados en la puerta principal al local partidario, dispararon ráfagas de metralleta con dirección a la parte alta. Cubriéndose el rostro con latas a manera de escudo, los terroristas se protegían de las esquirlas de vidrio y demás elementos (pedazos de muebles, maderas desprendidas) que súbitamente volaron por los aires a causa de las explosiones.

Las investigaciones de la DIRCOTE determinaron que los subversivos emprendieron la retirada cuando “Carlos” lanzó sus arengas. Pero no todo salió tal como lo acordaron. Una parte del plan se frustró pues “Elena” y “Daniel”, que debían incendiar con gasolina el interior del local, fueron impedidos de hacerlo por el personal PIP de resguardo de los senadores Sandro Mariátegui Chiappe y Javier Alva Orlandini. Los efectivos de seguridad hicieron uso de sus armas para repeler el ataque, logrando herir a “Daniel”. “Carlos” lo ayudó a incorporarse y ambos huyeron en dirección a la Av. Garcilaso de la Vega.

Los fallecidos fueron Teresa Zegarra Pinedo de Huamán, dirigente del comando femenino y hermana del diputado Áureo Zegarra Pinedo, y Mario Arauco Bastidas, secretario general de la base de Villa El Salvador. (Violencia Política en el Perú 1980-1988. Tomo I: Cronología de la violencia. Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo, Desco. Editado en septiembre 1989. Pág. 28.)

Ahora hay dirigentes de Acción Popular que “siguen pensando” por quién van a votar en la segunda vuelta y dejar en libertad a sus correligionarios revela más que ignorancia una traición al fundador del partido político que dicen defender.

Si los militantes de Sendero Luminoso son traidores al Perú por el asesinato policías, militares y autoridades distritales, regionales y nacionales, militantes y dirigentes de Acción Popular, los dirigentes del partido que todavía “piensan por quien votar en la segunda vuelta” son traidores al presidente Fernando Belaunde.

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