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sábado, noviembre 23, 2024

EL CONGRESO

 

Imaginaba los palacios coloniales siempre con grandes espacios iluminados por enormes arañas de luces, cortinas que esconden puertas hacia otros elegantes salones, sillones tapizados artísticamente, esculturas egipcias, jarrones chinos, óleos franceses, alfombras persas, vasijas griegas, biombos japoneses, pisos italianos y una larga lista de curiosidades que encontré en el local del Congreso de la República, todo un atractivo museo.

Pasar de un salón de acceso restringido a otro, que ni sospechas pueda existir tras esa puerta escondida por una cortina, te sorprende y lleva a encontrar personajes notables conversando en modo reservado con el líder de alguna bancada, el presidente del parlamento o el ministro convocado para más tarde.

Entonces entiendes lo que es conversar en voz baja y a interpretar señales imperceptibles con el movimiento de los ojos. Es regresar por el túnel del tiempo a como imaginas un periodo de diálogo discreto, conversación clasificada, discurso circunspecto, andar taciturno, encargo confidencial.

Tuve una oficina en un área del tercer piso entiendo ahora deshabitada, debido a que se encuentra sobre el hemiciclo, exactamente encima del salón de sesiones de los congresistas y no me había percatado de su ubicación hasta que ocurrió un temblor y trabajadores de la oficina me pidieron salir rápido, que si se abre el piso estábamos perdidos, no la podríamos contar.

En otra ocasión tuve oficina en el segundo piso y se ingresaba a ella por una puerta muy bien disimulada, casi no se notaba y salvo que alguien te condujera específicamente a ese lugar, seguramente jamás podrás sospechar que existe.

Por una escalera de caracol se llega también, entre dos pisos, a lo que en buen cristiano llamamos locutorio, una pequeña capilla, un lugar para la oración y aunque pensemos lo contrario, algunos parlamentarios acuden discretamente a conversar con Dios, antes de comenzar sus tareas políticas.

En el subsuelo hay todo un mundo de pasillos y hasta de ruinas incas que recuerdan al visitante un pasado milenario que sella el espíritu nacional en el palacio de las leyes.

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