El último acto de terrorismo cometido por miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru MRTA, antes de infiltrarse en estas elecciones, fue la toma de la residencia del embajador japonés en Lima, cuando celebraban 63 años del nacimiento del emperador Akihito, en 1996.
72 altos funcionarios del gobierno peruano fueron rehenes de los terroristas durante más de cuatro meses, hasta que un grupo combinado de fuerzas militares logró rescatarlos y a la operación la bautizaron como Chavín de Huántar.
Poco saben las nuevas generaciones sobre ese monumento arqueológico que inspiró el nombre del grupo militar, ahora en las escuelas enseñan asuntos relacionados con la temprana práctica sexual.
Chavín de Huántar fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985, está ubicado a poco más de 400 kilómetros de Lima, en la región Ancash, en la parte oriental de la Cordillera Blanca, en la cuenca del río Marañón.
Se trata de una fortaleza construida antes de los incas, descubierta y descrita por Pedro Cieza de León en sus crónicas que datan de mediados de 1500. También fue estudiada por Alexander Von Humboldt en su visita al Perú y por el destacado científico, médico y antropólogo Julio César Tello, defensor de la tesis del autoctonismo de la cultura peruana.
Gran parte de la fortaleza es un laberinto de pasajes y túneles subterráneos de paredes de piedra labrada con representaciones de cabezas humanas.
Pudo haber sido el centro administrativo y religioso de los habitantes que poblaron esa región y mediante sus rituales capaz de desatar fuerzas mágicas para conectarse con mundos paralelos para adivinar e influir en el futuro.
Entre muchos otros testimonios existen diversos monolitos, el más emblemático conocido como el Lanzón Monolítico mide cinco metros de altura con rasgos humanos y una cabeza tres veces más grande que su cuerpo, de la que brotan serpientes a manera de cabellera, como la Medusa de la mitología griega.