Grande, imponente y sobresaliente entre las cumbres de los Andes parece arañar el cielo con el filo de sus aristas, los múltiples ángulos del Huascarán, los nevados gemelos, la imponente Cordillera Blanca.
Son más de 6,700 metros sobre el nivel del mar y sus distintos picos pueden ser alcanzados únicamente por expedicionarios intrépidos, dispuestos a jugarse la vida en una aventura sumamente riesgosa.
La leyenda cuenta que Huascarán fue una mujer traicionada por el marido al que descubrió su infidelidad y lo castró para luego huir con sus hijos y en un momento de descanso, se sentaron y se convirtieron en la montaña blanca más hermosa del Perú.
Canchón, el esposo castrado se convirtió en piedra, igual que su amante, la cocinera Sutoc, y con sus hijos de transformaron en lo que hoy es la Cordillera Negra.
El Huascarán está ubicado a 70 kilómetros de Huaraz, capital de la región Ancash y está rodeado de numerosos otros nevados, varios de los cuales alcanzan alturas superiores a los 5 mil metros sobre el nivel del mar.
El desprendimiento de grandes masas de nieve de la Cordillera Banca ha producido aludes de lamentables consecuencias. En 1962 el deslizamiento provocó cerca de 3 mil muertes en Ranrahirca , pero el más graves de los últimos tiempos fue el de 1970, como consecuencia de un fuerte terremoto, con una avalancha que nuevamente sepultó Ranrahirca, Yungay y varios otros pueblos pequeños, causando la muerte de más de 20 mil personas.
El alud, por su rapidez y violencia es siempre temible, comienza a gran altura y a su paso va tomando más fuerza y arrastra más nieve, agua, piedras, árboles y construcciones.
Pese a ello numerosos andinistas, deportistas y científicos intrépidos se acercan todo el año a la Cordillera Blanca, seducidos por la belleza singular de esa montaña blanca.
La peste detuvo también la visita de excursionistas que llegaban de todos los rincones del mundo y en torno a los cuales se montaron diversas empresas de servicios, para brindarles comodidad durante su estadía en la región.
