Terminada la Segunda Guerra Mundial el mundo se dividió en dos grandes bloques. Los países capitalistas con el modelo económico social de mercado y los países socialistas, con economía planificada y centralizada desde el Estado.
Son muy pocos los países del mundo con sistemas diferentes a la economía social de mercado: Cuba, Corea del Norte, Nicaragua y Venezuela. Seguramente se me escapa algún país africano o asiático. También lo está China, aunque gran parte de su economía responde a las características del más extremo capitalismo.
En el grupo de la economía social de mercado está el Perú y la constitución política señala que la iniciativa privada es libre. Bajo este régimen, el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura.
El Estado estimula la creación de riqueza y garantiza la libertad de trabajo y la libertad de empresa, comercio e industria. El ejercicio de estas libertades no debe ser lesivo a la moral, ni a la salud, ni a la seguridad públicas. El Estado brinda oportunidades de superación a los sectores que sufren cualquier desigualdad; en tal sentido, promueve las pequeñas empresas en todas sus modalidades. El Estado reconoce el pluralismo económico.
Para defender a los consumidores crea los organismos reguladores que pueden no estar cumpliendo rigurosamente con sus obligaciones.
El partido político de Pedro Castillo postula cambiar la constitución, específicamente el régimen económico, para volver a los tiempos de Velasco Alvarado, de “nacionalizaciones” que no son otra cosa que estatizaciones, como en Venezuela y ya sabemos lo que va a pasar.
Pretenden cambiar el régimen económico, es decir, no quieren más economía social de mercado, quieren economía centralizada y planificada desde el Estado.
Un Estado dueño de cuando menos el 51% de las acciones de las empresas. En buen romance, empresas estatizadas. Y cínicamente afirman ni capitalismo ni comuinismo. El cuento de los noi alineados es eso, un gran cuneto.
Bueno que la segunda vuelta se plantee así, abiertamente. Eres de izquierda o de derecha y punto. A ver quién gana.