Profesor de varias promociones de periodistas es uno de los maestros preocupados por advertir a sus alumnos los errores en los que pueden incurrir quienes trabajan en radio, en una época en la que había mayor cuidado por aquello que se dice y cómo se dice.
De un tiempo de niños sin televisión y promotor de programas de radio, con la experiencia y toda la ventaja que significa dejar libre la imaginación para crear mundos particulares, ideales y al gusto de cada uno.
Escribe libretos para programas en los que se respeta un orden que le da un mayor sentido a cada espacio, con un principio y un final, con un hilo conductor de una idea coherente sobre cualquier materia.
Autor de libros en los que transmite la experiencia y conocimiento acumulados durante varias décadas de trabajo en radio y televisión, tiene varios hijos, dedicados todos al mismo oficio y uno de ellos fue decano del colegio nacional de periodistas.
La radio tiene la facilidad de transmitir de manera inmediata las noticias, por lo que resulta importante que quienes usan los micrófonos lo hagan con responsabilidad y un conocimiento mínimo de las reglas del buen hablar.
Los periodistas radiales deben tener voz clara, saber modular cada palabra y con un tono de voz amigable al oído del público. Facilidad para comunicarse con todo tipo de personas, tolerancia ante las dificultades y tratar seriamente todos los asuntos, sin perder un buen sentido del humor.
Fue el primer periodista premiado por sus colegas de la Asociación de Trabajadores y ex Trabajadores de Radio y Televisión Estatal, debido a que durante muchos años prestó servicios en las emisoras del Estado.
Diversas instituciones, como universidades y el Congreso de la República, le han rendido homenaje por su brillante y destacada trayectoria profesional que todos reconocen.
En estos días de pandemia sus hijos y numerosos nietos le brindan el cuidado que con todo cariño siempre le han brindado.