Lo atropelló un carro en la avenida Brasil y su obsesión por la puntualidad lo empujó a levantarse, caminar y llegar puntual a la radio en la que estaba trabajando, pero los dolores que sentía se fueron acentuando y lo tuvieron que evacuar en ambulancia a un centro de salud.
Es lo último que me contaron sobre Edmundo, un locutor nacido en Cusco que comenzó en el oficio en su tierra, en los últimos años del primer gobierno de Fernando Belaúnde Terry.
Después de seis años vino a Lima, confiado en la calidad de su voz y educado para no faltar jamás al trabajo, llegar siempre puntual y reclamar por el orden y veracidad de las informaciones que le encargan transmitir.
Entró a trabajar al ministerio de Educación desde donde daba cuenta de las principales actividades y directivas para profesores, padres de familia y estudiantes de todo el país.
Combina su labor con programas radiales como Radio Estación X, La Crónica y Radio Programas del Perú, hasta el 2004. Sigue en el ministerio entiendo ahora en la Ugel de San Juan de Lurigancho.
Lo conocí en las grabaciones de audios de los documentales que producía Vlado Radovic y era llamado siempre gracias a la garantía de su reconocida disciplina y calidad de una locución profesional impecable.
Un día confesó sin embargo, en medio de todas sus múltiples ocupaciones, la que más satisfacciones le daba era la locución comercial en la transmisión en vivo de los partidos de fútbol.
Como muchos peruanos recurre a diversas tareas de manera simultáneas para sacar adelante a su familia en medio de la más letal de las epidemias llegadas a nuestro país.