Un periodista que anteriormente fue policía (son numerosos) contaba en la redacción del desaparecido diario “La Crónica”, otra historia que tiene que ver con los viajes del ex presidente Belaúnde a Chosica, cuando los atentados terroristas eran cosa de todos los días.
Este correcto periodista- ex policía, formaba parte de la escolta de seguridad que acompañaba al mandatario en vehículos que se ubicaban antes y después del coche presidencial.
Estaban regresando a Lima, siempre atento a lo que pudiese suceder en el camino, alertas ante la eventualidad de un atentado en la carretera cuando en el patrullero que viajaba nuestro amigo se sintió una explosión y realizó un viraje que por poco los voltea.
Todos bajaron rápidamente y se protegieron al costado del auto patrullero y comenzaron los disparos, que nunca antes había hecho en su breve carrera policial.
Escuchó que el carro del ‘presidente siguió rápidamente su recorrido mientras ellos quedaban haciendo frente al enemigo, hasta que un oficial dio la orden de cesar los disparos, guardar las armas, no había enemigo a la vista, solo fue una llanta que se reventó por la mala costumbre de usarlas hasta que estén en “la última lona”.
Gorilín responde su apodo al personaje que en la historieta de Archie le disputa el amor de Betty, “Gorilón”. Es alto, fortachón, musculoso, buenísima gente y nacido para el periodismo, con un enorme talento para hacer historias de la vida real.
Cambiaron rápidamente la llanta y llegaron rápido a los vestuarios del palacio de gobierno donde fue el primero en bajar para ingresar a los baños. Sus compañeros de patrulla lo culparon por el mal olor que sintieron en este trayecto y él reconoce que necesitó de una ducha urgente y cambio de uniforme. El miedo a veces nos juega malas pasadas y nos hace perder el control de esfínteres.