Ahora que abundan izquierdistas de todo pelaje surgen propuestas como la de crear una línea aérea estatal, rescatada de las catacumbas velasquistas, del socialismo castrense que copió Hugo Chávez para convertir al país más rico de Sudamérica en lo que es hoy día.
Luis Banchero Rossi fue un empresario que llevó al máximo sitial mundial la industria de la pesca. Gracias a su visión, empeño y capacidad de trabajo llevó al Perú a ser el primer productor mundial de harina y aceite de pescado.
Llegó allí debido a que sabía respetar a sus trabajadores, pagó los mejores sueldos y contrató a los mejores en sus especialidades, los mejores patrones y tripulantes de lancha, transformó a Chimbote en un puerto dinámico y las exportaciones pesqueras superaron largamente al algodón y azúcar que fueron sustento de nuestra economía durante muchos años.
Construyó las fábricas más modernas y también impulsó el desarrollo de astilleros capaces de proveer las mejores embarcaciones.
Hasta que la revolución decidió estatizar esta industria, como todas las industrias nacionales y no solamente las fábricas, sino también las embarcaciones mientras los pescadores se convirtieron en empleados públicos, con horarios y tarjetas y no importaba si pescaban o no, tenían buenos sueldos pagados con los impuestos.
El gobierno creó el ministerio de pesquería, que funcionó en lo que hoy es el Museo de la Nación y ministerio de cultura.
Los patrones de lancha y pescadores dejaron de ganar lo que conseguían con buena pesca. Banchero murió asesinado y desapareció la anchoveta, Lucho se la ha llevado, decían en Chimbote.
Con la industria estatizada el país dejó de percibir los miles de millones por exportaciones y cuando liquidaron al personal tuvieron que hacerlo con las embarcaciones, muchas de las cuales fueron a parar a países hermanos.
Los peruanos, tacneños y chimbotanos en particular, tenemos una deuda con Luis Banchero Rossi. Ejemplos como los de Lulo son los que deben enseñar en colegios y universidades. Los peruanos somos capaces de ser los primeros en el mundo, pero también los últimos por obra de la izquierda parasita.