La participación ciudadana en la prevención y lucha contra la delincuencia era la principal preocupación del General de la Policía Eduardo Pérez Rocha, cuando lo conocí en el interior del ministerio del interior.
Se esmeraba por conseguir la presencia de alcaldes distritales para comprometerlos con programas como el patrullaje integrado, en el que policías y personal del serenazgo municipal suman esfuerzos para mejorar el servicio en sus distritos.
Ahora en situación de retirado, como acostumbran decir a los que se jubilan, sigue en lo mismo, pero desde los medios de comunicación. Mientras estuve en radio Bethel conversamos todas las semanas sobre el tema, que tiene tantas aristas como modalidades delictivas.
Eduardo es de los policías, como pocos, que acostumbra dialogar, discutir, debatir, observar, analizar, detectar errores y advertir riesgos en los que incurren algunas autoridades cuando adoptan decisiones que no pasaron por el tamiz del debate público, cuando no son resultado de un consenso.
Critica duramente a quienes en algún momento reclamaban el uso policial de armas de igual potencia a las del delincuente. Eso es ponerlos en un mismo nivel y hay que recordar que el policía es la autoridad y ejerce la fuerza por encargo de la ley y la sociedad.
Nunca duda al momento de defender al policía ante órdenes que los llevan innecesariamente a exponer sus vidas y demanda un mayor compromiso del gobierno y la sociedad en combatir el delito.
Eduardo es un general de la policía que no está retirado, sigue más comprometido que nunca con los mismos sueños que lo llevaron un día a vestir con dignidad el uniforme policial.