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sábado, noviembre 23, 2024

GERARDO CALDERON

El personal del diario temblaba al anunciarse la llegada del Cholo Gerardo Calderón Guarnizo, el jefe del Buró Provincias, un área de EPENSA nexo entre Tacna, Arequipa, Huancayo y Piura, con la oficina central de Lima.

 

Una suerte de Director Suplente, que acudía a cualquier filial para resolver algún problema, que estaba fuera del alcance del director. Podían ser asuntos administrativos, de talleres o periodísticos.

 

Para los administrativos existen herramientas como cortes contables, arqueos o auditorías; en talleres significaba el cambio de algo en la rotoplana, linotipos o fotograbado, y en el área periodística habría cambios o nombramientos. En cualquier caso alguien resultaba despedido y el cholo sumaba un enemigo más, para su larga lista de resentidos.

 

 

Era un periodista de viejo cuño, con larga trayectoria en diarios de Cusco, Huancayo y Lima y gozaba de la entera confianza de Luis Banchero Rossi, quien lo premiaba con asiento en directorios de sus empresas.

 

Siempre vestía saco y corbata, viejos, de color indefinido que lo ayudaban a pasar desapercibido, prefería no llamar la atención de nadie. Anteojos de montura antigua, despeinado y pisaba el dobladillo, la bastilla del pantalón que parecía compró muy grande.

 

Dueño de una gran memoria, había leído mucho y gozaba de un conocimiento amplio y variado, desde el menor detalle de alguna discusión en el congreso, la frase pronunciada en el mitin político, el valor de los metales, las papas y los camotes, la trama de las más grandes obras de la literatura universal, la ópera, el teatro o la zarzuela, las faenas de los mejores toreros, artistas de cine, nombres de payasos o trapecistas de circo, los premios Nobel o los Oscar de Hollywood.

 

Y aunque era de poco hablar cualquier consejo sobre la mejor manera de abrir o cerrar una nota o resumir un gran titular, formaban parte de una escuela sin libros ni cuadernos, sin leyes ni reglas fijas, sin parámetros que otros se empeñaban imponer.

 

Nos hicimos amigos en los 70 y años después acompañé a su familia en sus últimos días, en los 90, cuando me visitaba a diario en Radio Nacional y gocé de sus últimos consejos y conversaciones. Hoy trato de adivinar qué comentarios haría sobre la forma como el gobierno afronta el coronavirus.

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