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sábado, noviembre 23, 2024

EL ESCAPE DE POLAY

García no había cumplido un año en el gobierno cuando, a mediados de junio de 1986, se conoció la noticia de motines en los penales de El Frontón, Lurigancho y Santa Bárbara. Reclusos acusados por delitos de terrorismo tomaron rehenes y se apoderaron de armamento, de manera simultánea, en los tres penales. En Lima comenzó a cundir el temor ante la posibilidad de un ataque a gran escala, de los terroristas que mantenían en jaque al Estado.

Se produjo una ola de atentados que cobró la vida de varios inocentes. Alan García convocó a un consejo de ministros y encargó al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas acabar con el alzamiento en los penales, que sintieron entonces el sonido de la metralla y el olor a pólvora, como nunca antes lo habían sentido. Murieron cerca de 200 presos.

La respuesta en las calles fue de más bombas, más atentados, más asesinatos de policías en todo el Perú. Con más terrorismo, más corrupción, más inflación, surge un sentimiento colectivo de decepción que invade los corazones de los peruanos, afectados por una situación que es cada vez más incómoda, por la escasez de productos de primera necesidad, por falta de oportunidades reales de progreso y desarrollo dentro de la legalidad.

La corrupción genera un clima de desconfianza y al final todo se sujeta a una compensación, una coima, un aceite. Especialmente los jóvenes ven que después de doce años de dictadura hubo un cambio, para seguir viendo más de lo mismo y comienza una gran migración, se forman largas colas en las puertas de las embajadas de España, Estados Unidos, Argentina, Chile, Venezuela, cualquier parte. Querían escapar de este mundo agobiante.

Estaba pasando lo mismo que había observado en el Chile de Allende, a principios de los años 70. Son los irresponsables gobernantes disfrazados de revolucionarios que ignoran las leyes del mercado, los que llevan a sus pueblos a las más graves penurias, como es la falta de alimentos y medicinas, entre otros productos y servicios. Y eso se debe entre otras razones a que uno de sus dogmas, una de sus “verdades” indiscutibles es que los medios de producción deben estar en manos del Estado. Sabemos y está demostrado que no hay peor administrador en el mundo que el Estado. Pretenden desconocer la principal ley del mercado, la de la oferta y la demanda.

Los últimos días del gobierno de García fueron penosos en todo sentido. Faltaban menos de tres semanas para que entregue el poder a su sucesor y se produjo el gran escape protagonizado por Víctor Polay Campos, líder del MRTA, ”Camarada Rolando” del penal de Canto Grande, junto con otros 47 terroristas, entre los que estaban algunos de sus principales cabecillas. Construyeron un túnel de 250 metros de largo que daba a una casa aledaña.

Nuestro amigo y dibujante Luis Sayán, interesado en conocer todos los detalles fue uno de los pocos que pudo entrar y salir por esta obra de ingeniería clandestina, para luego plasmar sus observaciones en sus ayudas visuales. El túnel habría demandado un año de trabajos que nadie detectó a tiempo. El gran escape fue noticia en todo el mundo.

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