- Oligarco, dijo Artola a un blanquito de Miraflores.
- Oligarca habrás querido decir, le respondió el aludido.
- Oligarco y encima maricón, sentenció el general.
Igual que con la palabra oligarca, ahora sueltan neoliberal como si se tratara de un insulto y en esa clasificación caen todos los que no comulgan con las ideas marxistas, leninistas, maoístas, mariateguistas, pensamiento Gonzalo. Todos los no comunistas, para ellos, somos neoliberales.
Y entonces gritan a los cuatro vientos que estamos bajo un gobierno neoliberal y con esa etiqueta queda descalificado hasta el presidente Castillo. Está condenado por esta suerte de ayatolas de la inquisición del siglo XXI.
Los Torquemada de los tiempos del coronavirus suben al pulpito para maldecir del capitalismo y culparlo del atraso en el que viven millones de peruanos, que venimos padeciendo predicas similares desde hace cien años.
No reconocen que la dictadura izquierdista de Velasco arruinó el agro y destruyó la economía. La estatización de las principales empresas en los años 70 respondió a una agenda comunista que se repite en los discursos de estos días, como si el país entero padeciera de amnesia.
¿No fueron Ollanta, Vizcarra-Sagasti entusiastas chamulleros de izquierda?
El neoliberalismo es una teoría política que busca reducir al mínimo la presencia del Estado en la vida económica del país. El fracaso de los gobiernos comunistas se debe a que promueven exactamente lo contrario. Marx sostiene que los medios de producción, todos, tienen que estar en manos del Estado.
La teoría económica del marxismo, la ideología comunista fracasó en todo el mundo. El muro de Berlín fue derribado por un pueblo que reclamaba libertad, en 1989. Pasaron más de 30 años y parece que la noticia no llegó a Huancayo.
El mundo entero rescata y practica las ideas neoliberales que se sustentan en el libre mercado, la privatización de los medios de producción y de los servicios públicos.
Para que funcione requiere de un Banco Central autónomo, que regule el gasto del Estado, controle la moneda, promueva la libertad financiera e impulse el proceso de globalización.
Se equivocan los rojos cuando lanzan como insulto el calificativo de neoliberal, que más bien suena a elogio en quienes preferimos seguir viviendo con garantías para la libertad de prensa, libertad económica y libertad política, donde exista siempre más de un solo partido, más de un solo pensamiento, más de una única opción.