Metzu Cabeza, Rommel Espinoza, Christian Albert Pardo y Luis Kensi Cárdenas son cuatro de los operadores del control de emisión que más recuerdo en Radio Bethel.
Metzu tenía la cualidad de ser de los que amanecía fresco, después de haber cumplido todo el turno de noche y operaba durante el noticiero con la misma eficiencia que se espera de ellos. Deben mover controles, abriendo y cerrando canales de audio, micrófonos, teléfonos, grabaciones y jingles con precisión milimétrica.
Rommel Espinoza (El zorro del desierto) era multifacético, bien podía hacer de operador como de locutor o reportero, extrañaba la comida de Barranca y a veces sorprendía con trajes a medida de fina hechura.
Christian Pardo es un flaco alto y buen mozo que despertaba más de un suspiro entre las hermanas, pero mantenía siempre un perfil bajo, discreto, procurando no llamar la atención aunque siempre dispuesto a colaborar.
A kensi Cárdenas con cariño le pusieron el apodo de puro nervio, debido a que por la tensión que se vive al momento de emitir los programas a veces podía alterarse. Añoraba su Pisco querido, el puerto.
Cuatro de varios otros jóvenes entusiastas amantes de la radio y empeñados en llevar el mensaje de las sagradas escrituras a los lugares más remotos de nuestro país, allí donde las emisoras comerciales no llegan. Metzu y Kensi partieron a regiones del interior para llevar su conocimiento y experiencia a donde más los necesitan, mientras que Rommel y Christian siguen aquí en Lima y entiendo son de los pocos sobrevivientes de la pandemia, sacan cuerpo por todos y ponen su mejor empeño para asegurar la transmisión de los programas que pueden hacer con la modalidad de teletrabajo.