Los únicos países de América que apoyan a Rusia en la invasión a Ucrania son Venezuela, Nicaragua y Cuba, por su lado Argentina y México reclaman diálogo mientras Perú y todos los demás han condenado la invasión.
En el congreso se jugó un partido diferente. Perú Libre rechazó en el congreso la aprobación de una moción condenando la invasión rusa. Acción Popular, Alianza para el Progreso y Renovación Popular se abstuvieron. No hubo votos para la condena.
Esta guerra, esta invasión abusiva e inhumana ha servido para conocer más de cerca cómo es que piensan nuestros vecinos, como caminan por la vida aquellos que hablan de un Perú libre, cuáles son las afinidades tantas veces negadas por los amigos de los Dinámicos del Centro y los Tiranos del Centro.
La desarticulación de las mafias huancas ha servido también para desnudar la gangsteril conducta de algunos fiscales, jueces y policías y el comportamiento ejemplar de miembros de esas instituciones, que por encima de todo y hasta arriesgando sus vidas combaten el delito, caiga quien caiga, como suelen decir.
La invasión rusa ha disparado los precios de minerales como el oro y el cobre, por encima de los precios jamás alcanzados en los mercados mundiales y en el Perú vivimos con minas cerradas y otras acosadas al extremo de tener las más grandes de ellas, Las Bambas y Cuajone, sin poder despachar su producción. Así dejamos pasar una gran oportunidad para aumentar la recaudación fiscal.
La invasión rusa sirve también para que las nuevas generaciones se enteren, en vivo y en directo, lo que significa la guerra con las atrocidades que cometen contra la población civil. Les ayuda a entender mejor la política mundial y también la política criolla. Todas nuestras familias sienten en estos días el efecto de la guerra en el precio del petróleo, la gasolina y en general en los productos de primera necesidad.
La guerra hace que nos olvidemos de la peste, del Covid 19, del coronavirus en todas sus variantes debido a que asombrosamente es tan o más letal por el atropello infame, cruel y canalla contra el pueblo de Ucrania, un país pacífico de 44 millones de habitantes invadido por el ejército de una potencia de 144 millones de habitantes y con el mayor arsenal nuclear del mundo.
Los rojos criollos apoyan al mayor enemigo de los comunistas rusos. Su gobierno es considerado por un sector de analistas como un fascismo cristiano y quienes lo apoyan desde Latinoamérica se convierten en una nueva versión, corregida y aumentada, evolucionada y trastocada de los Полезный идиот (tontos útiles).